Ferrari, liderada por el monegasco Charles Leclerc y con el segundo tiempo del alemán Sebastian Vettel, dominó la jornada de entrenamientos libres para el Gran Premio de Canadá, séptimo del Mundial de Fórmula Uno, cuyo líder, el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), se accidentó sin consecuencias; y el español Carlos Sainz (McLaren) acabó en un notable cuarto puesto.
Leclerc cubrió, en el segundo ensayo -en el que se lograron los mejores tiempos- y con neumático blando, los 4.361 metros de la pista de Montreal en un minuto, 12 segundos y 177 milésimas, 74 menos que su compañero el cuádruple campeón mundial Vettel (2010-13, con Red Bull); le sacó 134 milésimas al finlandés Valtteri Bottas (Mercedes) y mejoró en tres décimas a Sainz, que firmó una jornada memorable, en la que se inscribió cuarto en la tabla de tiempos.
Tras sellar con dobletes las cinco primeras carreras, Mercedes -que ha ganado los cinco últimos Mundiales de pilotos (cuatro con Hamilton) y de constructores- se tuvo que ‘conformar’ con triunfo de su capitán y tercer puesto de Bottas en Mónaco, hace dos domingos; donde Sainz completó otra gran actuación para concluir sexto.
A Canadá, la escudería de Brackley llegó con motor nuevo, por lo que no sería de extrañar la prolongación de su tiranía deportiva en el circuito Gilles Villeneuve, donde el excéntrico y espectacular piloto de Stevenage puede igualar este domingo las siete victorias del alemán Michael Schumacher, único séptuple campeón mundial; convaleciente aún del grave accidente de esquí que sufrió a finales de 2013 en Meribel, en los Alpes franceses.
Pero, de momento, el primer golpe lo ha dado Ferrari, en una jornada que el mexicano Sergio Pérez (Racing Point) acabó séptimo.
Hamilton, que tras lograr en el principado de la Costa Azul su cuarto éxito del año lidera el Mundial con 137 puntos -17 más que Bottas-, había sido el más rápido, por delante de su compañero finés, en la sesión matinal; en un entrenamiento en el que Leclerc, tercero, y el holandés Max Verstappen (Red Bull), cuarto; se quedaron a casi un segundo del crono del quíntuple campeón mundial.
En el primer ensayo, en el que el madrileño Sainz fue séptimo -a un segundo y dos décimas- y el tapatío Pérez, noveno -a 1.405 del inglés-; el canadiense Nicholas Latifi había sustituido, a bordo de un Williams, al polaco Robert Kubica. Latifi cerró la tabla de tiempos de esa sesión, pero tuvo la destreza, al menos, de esquivar una de las muchas marmotas que moran en la pista de la artificial isla de Notre Dame, bañada por el río San Lorenzo; en una de las imágenes curiosas de la jornada.
La principal incidencia del primer ensayo, no obstante -sin mayores consecuencias- la protagonizó el italiano Antonio Giovinazzi, que tocó el muro en la curva 9, tras perder el control de su Alfa Romeo; que tuvo que ser retirado, durante unos momentos en los que, por ese motivo, se decretó coche de seguridad virtual.
Giovinazzi se perdió gran parte del segundo entrenamiento, que sus mecánicos dedicaron a reparar el dañado vehículo, pero pudo rodar durante algo más de la última media hora para acabar antepenúltimo, a más de dos segundos y medio de Leclerc.
En idéntica zona en la que sufrió su percance el italiano -y de forma más espectacular, al ir bastante más deprisa- reventó el neumático trasero derecho de su ‘flecha de plata’ Hamilton; que dañó el fondo plano y otras partes de su monoplaza.
Tras rodar apenas ocho vueltas, simulando tandas largas; y antes de cumplirse la primera media hora de los 90 minutos del segundo ensayo, el coche del inglés -que marcó el sexto tiempo, a siete décimas de Leclerc- fue reparado en garajes y ya no regresó a pista.
Ferrari, cuyo jefe de filas alemán es tercero en el campeonato, a 55 puntos de Hamilton, se dio un respiro este viernes, después de un arranque del certamen en el que no vislumbró reacción alguna ante los aplastantes Mercedes.
Pero la carrera es el domingo. Después de que se completen este sábado los entrenamientos libres, horas antes de la calificación que ordenará la parrilla de salida de la prueba, prevista a 70 vueltas, para completar 305 kilómetros.
Una carrera en la que volverá a apuntar alto Sainz, que acabó “contento” una jornada en la que se sintió “muy a gusto en el coche”; consciente de que, a pesar de haber sido “uno de los mejores del año”, los viernes no saben “lo que llevan los demás”.
“Si el coche ha evolucionado o no lo veremos mañana”, apuntó Sainz, que al ser séptimo en la general, lidera el ‘otro Mundial’, la clasificación figurada que no incluye a los pilotos de las tres principales escuderías.
